Flamenco, ese fuego que se apaga pero del que siempre quedan rescoldos, en los que se aviva constantemente una llama de fuerza, pasión y sentimientos.

jueves, 21 de febrero de 2008

La instrumentalización del flamenco

Creo que para hablar de flamenco, no solo es necesario bailar, bien o mal según los gustos, sino que hay que formarse, estudiar y no hablar por hablar, ¡eso lo hace cualquiera!.
Hablar de flamenco es hablar de arte, al flamenco lo definieron como un fuego que se empeña en morir para renacer. Ha sido tomado de la antigua tradición y folclore andaluz, donde siempre predomino la mezcolanza, debido a la itinerancia de las diversas culturas que han pasado por nuestra tierra. El flamenco es una música muy cosmopolita, aunque algunos discrepen por su ignorancia, Manuel Torre dijo: “Todo lo que tiene sonidos negros tiene duende”. Para dar base a mi critica, haré una breve pasada por la historia: Los comienzos del flamenco se basan en el boca a boca. Aunque hay restos arqueológicos, donde aparecen figuras de danzantes pre-flamencos, datados entre el s. I y s II después de Cristo, (El Bailaor de Asta Regia, Museo arqueológico de Jerez de la Frontera), la primera referencia escrita a la existencia del flamenco data de 1793 (Cartas Marruecas de José Cadalso) pero no es hasta 1847 (Escenas Andaluzas de Serafín Estébanez Calderón) que aparecen referencias a cantaores como el Planeta (el cualcantaba flamenco acompañado por orquesta) o Francisco Ortega el Fillo.
A mediados del siglo XIX comienza la edad de oro, cuando comienza la comercialización del flamenco. El mismo Silverio poseía un café en la calle Rosario de Sevilla.
Entonces comienza la transición hacia la opera flamenca, con artistas como La Niña de los Peines, su hermano Tomas o Manuel torre. De 1920-55 empezó a brillar la opera flamenca, caracterizada por la musicalidad y la aparición de instrumentos como el piano o el violín. Pero no fue hasta aproximadamente 1980, cuando se empezó a introducir instrumentos de percusión.
El flamenco puede ver la superación -o mejor dicho la alternativa- del clásico trío, cante guitarra y baile. Vicente Amigo dijo: “El arte flamenco es lo divino y la guitarra solo es un instrumento para expresarlo”, ¿por qué no puede ser el violín ese instrumento para expresar lo divino?. El violín no es un instrumento nuevo e inusual en el flamenco. Un ejemplo indiscutible es Bernardo Parrilla, excelente violinista, que brilla donde va, nacido en Jerez de la Frontera, de familia de casta flamenca y de grandes músicos, sobrino de Parrilla de Jerez.
Muchos músicos piensan que es un instrumento casi indispensable, ya que tiene suficiente personalidad para dar lo suyo al flamenco, produciéndose una unión fluida. Algunos (los cuales yo considero “flamencos puros”) como Pepe Habichuela, Enrique Morente, Paco de Lucia,Tomatito, Camarón, Manolo Sanlucar, Carmen Linares, Mario Maya...han ido incorporando el violín a sus trabajos. Gracias a la indiferencia de estos, hacia las críticas recibidas, sobre todo en los años 70, tenemos una gran herencia como “Habichuela en Rama” o “Entre dos aguas”. Durante algún tiempo, años 70, la flamencología oficial, calificó estas experiencias como experimentalismo sin futuro, y le aseguro la desaparición. Pero como muestra la historia, se equivocaron y a los hechos me remito. Al incluir nuevos instrumentos y formas musicales, redefinieron el flamenco para una nueva generación.
¿Es que el flamenco es ese mundo estático aferrado a lo viejo como algunos “entendidos” pretenden? Señores, el flamenco puro no es viejo, sino antiguo. Antonio el Bailarín ya dijo refiriéndose al flamenco: “ El baile es una continua creación técnica y artística”, su evolución ha sido constante, el maestro Caracol dijo: “¡Se puede cantar con orquesta! ¡se puede cantar con un violín, con una flauta...! con esto quiero preguntar a quien reniega de un violín, de una flauta, o de su tierra..., es decir de la evolución ¿eres aquel que pecas de purista entre los puros?
La evolución no se trata de progresión, sino de atrevimientos. La mayoría de las normas se hicieron para ser transgredidas, pero, como música ágrafa, como folclore cerrado y bien conservado, el flamenco debe ser maquillado con pasión. Es el caso de algunos que como yo, nos sentimos puristas, y que incorporamos otros instrumentos, a los ojos de algunos menos habituales, como el violín, la flauta o el cajón. Lo que es una lastima, es que algunos no sepan apreciar ese arte, ya que se creen en posesión de la verdad, una verdad absoluta concedida en ocasiones por algún premio.
La pureza, lamentablemente, se ha convertido en un baremo mercantil, en un argumento de supuestos entendidos o profesionales sin recursos. Pero recompensa saber que hay otra parte de una nueva generación que ha superado el debate entre purismo y renovación.

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